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Mensaje por Admin Vie Mar 05, 2010 4:25 pm

Los ejercicios respiratorios son un excelente metodo para combatir el estres

Respiración abdominal: se denomina abdominal por que se respira con el tercio bajo del pulmón empujando el diafragma hacia el abdomen y este‚ se eleva ligeramente. Tumbaros cómodamente en la cama o en un sofá, con un cojín grande debajo de la cabeza y los hombros, colocar las manos sobre el vientre de forma que los dedos medios se toquen sobre el ombligo, respirar hinchando el vientre de forma que los dedos se separen. En la respiración baja o abdominal se respira principalmente con los lóbulos inferiores de cada pulmón, al estar la base de los pulmones apoyada en la bóveda del diafragma, ‚ésta es comprimida hacia el vientre cuando los lóbulos inferiores se llenan de aire; debido a ello la musculatura abdominal se distiende y el vientre se hincha, al expirar se contrae la musculatura abdominal, el diafragma vuelve a su posición normal comprimiendo a su vez los lóbulos inferiores que expulsan el aire; con este tipo de respiración se mantiene elástica la musculatura abdominal y se masajean todos los órganos del vientre activando su funcionamiento.




Respiración media o central: como su nombre indica se trata de ejercitar la parte central del pulmón, soltaros el sujetador, poner ahora las manos sobre las costillas, de forma que los dedos medios se toquen sobre la parte baja del esternón, respirar sin hinchar el vientre, los dedos se separan. En la respiración torácica media se utilizan: en el pulmón drcho, el lóbulo medio y la parte baja del superior; en el izdo, la parte baja del lóbulo superior. Este tipo de respiración la realizamos con la ayuda de los músculos intercostales, que elevan las costillas tirando de la parte media de los pulmones hacia afuera gracias al vacío entre las dos hojas o capas de la pleura, el diafragma permanece en su posición normal.




Respiración alta: ahora se trata de ejercitar la respiración con la parte alta del pulmón, colocar las manos sobre las clavículas de forma que los dedos toquen los hombros, respirar sin hinchar el vientre y tirando ligeramente de los hombros hacia arriba.

Repetir cada uno de estos ejercicios de 5 a 6 veces, tres veces al día. Poner especial atención en la respiración central y alta, pues en ellas se basan las formas de respiración adaptada que deberéis utilizar durante las contracciones. En la respiración torácica alta se utilizan los dos lóbulos superiores, la musculatura intercostal alta y la de los hombros son las que al elevarse tiran de los pulmones permitiéndonos este tipo de respiración al tirar de la parte alta de los pulmones hacia arriba; también en este tipo de respiración el diafragma permanece en su posición normal. Es muy aconsejable respirar de vez en cuando conscientemente de esta forma para ventilar bien las cúpulas pulmonares, que por regla general son las que menos utilizamos.




Respiración completa: después de ejercitar los tres tipos de respiración anteriores intentar la respiración completa, empezar llenando la parte baja del pulmón, seguir llenando la parte media, separando las costillas y luego dar un tirón de los hombros para llenar también la parte alta, inspirar lentamente, cuando tengáis la sensación de que no os cabe más aire en el pulmón, empezar a soltarlo lentamente, dejando caer los hombros primero, las costillas a continuación y tirar por último de los músculos de la tripa hacia adentro para expulsar todo el aire; contener unos segundos la respiración y empezar de nuevo. Al principio resulta cansado respirar de esta forma, pero es importante aprenderla, ya que es la respiración que deberéis de usar entre las contracciones durante el parto.




En la respiración completa se llena de aire progresivamente todo el pulmón, empezando por los lóbulos inferiores hasta las cúpulas, es por tanto la forma de respirar más sana, aunque cuesta un poco acostumbrarse a ella. Practicarla a menudo para que luego no tengáis dificultades en utilizarla durante el parto, es la mejor forma de respirar en los intervalos entre las contracciones, ya que durante estas sólo debéis respirar con la parte media y alta de los pulmones, con ello se consigue mantener el diafragma relajado, evitando que presione sobre la matriz en el momento de las contracciones, pero esto también supone un volumen respiratorio reducido, por lo que la cantidad de oxígeno que durante ellas os proporcionéis a vosotras mismas y al bebé‚ es menor de lo normal; muchos sufrimientos fetales se producen precisamente por falta de oxígeno ya que al volumen respiratorio reducido se une el hecho de que al bebé‚ durante la contracción apenas le llega sangre al estar las venas y arterias intrauterinas comprimidas por la musculatura contraída; por todo ello es necesario emplear la respiración completa durante los intervalos para saturar la sangre de oxígeno. Cuando se domina bien la respiración completa es sumamente relajante, lo que contribuye a ahorrar energía.

Es importante que os acostumbréis a inspirar (coger aire) por la nariz, para limpiar y calentar el aire, así se evitan muchos resfriados y catarros. La expiración (echar el aire) debe hacerse normalmente también por la nariz, aunque en algunas de las respiraciones adaptadas que se utilizan durante el parto se expira por la boca para controlar mejor la velocidad y cantidad de aire que se expulsa.
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